Después de perder la Guerra en las Malvinas, Dios y otros 10 dieron revancha. Trajeron la esperanza a Latinoamérica en un mundial que se iba a jugar en Colombia y que lo movieron a último momento. Le ganaron a Inglaterra, en el mismo juego que ellos crearon, le ganaron con una picardía, tomaron revancha por un momento, en un juego donde eran los mismos en número de soldados: 11 vs 11. El miedo no existe, y si no que lo diga Maradona con el gol más lindo de los mundiales. Ese gol que casi le mete a Inglaterra un tiempo atrás, esta vez le hizo caso a su hermano, le amagó al arquero, para quedar para siempre en la memoria del mundo. Nunca nadie un solo jugador fue tan influyente para ganar un mundial.